25.2.10

Juegos que la gente juega

Nunca supe lo peligroso que son los juegos hasta un día en particular en que desperté una mañana y vi algo distinto en sus ojos. Ahí note que particularmente a nosotras nos encantan los juegos, cuanto mas comprometido y enamorado esta el otro vamos por el, pareciera nuestro desafío, pareciera que eso seria nuestra solución: alguien a quien podamos hacer nuestro. 
Lo que no sabemos es lo que se siente en el instante mismo en que ves toda tu relación peligrar por probablemente nada: el amor se convierte en odio, el odio en bronca y luego viene la nada total.
Cuando encontré mi casa llena de fantasmas me di cuenta que no era yo la que había dejado la puerta abierta, era el. Y si es el otro el que pone las fichas en el tablero a veces es necesario correrse para no salir lastimado. Pero yo también quería jugar, mi papel seria el de psicótica obsesiva que lo sigue a todas partes para ver que no la engañen, una persona que ha perdido lo ultimo que le quedaba de dignidad... por lo menos ese seria mi papel.
Y la tercer ficha en cuestión seria para la ex novia, aquella que lo tuvo pero que no funciono, que insiste en no dejarlo ir no porque desee una relación con el, no porque le importe, solo porque la mejor venganza seria demostrar que el es y siempre será débil a la carne.
Todos jugaron sus fichas y al final la única que quería obtener algo real era yo. La única que tenia un motivo para luchar, una relación que salvar.... pero ya lo dijo Cortazar: "un puente no se construye de un solo lado".
Recordé que el amor no es posesión, no se trata de tener a alguien, se trata de dejarlo ir, y si tenia que ser yo la que lo deje ir lo haría solo para saber que cuando regrese lo haría por mi.
Y recuerdo aquel día, el sonido de mi corazón, pensé en todas las historias y que esta seria una mas entre miles, tome lo que me quedaba de el y deje de apostar. 
Estaba demasiado grande para los juegos, esta vez quería algo real.

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