24.8.10

“Ser nosotras mismas nos causa ser exiliadas de muchos otros. Sin embargo, cumplir con lo que otros quieren nos causa exiliarnos de nosotras mismas”.

Corriendo con Lobos...


La diferencia entre vivir desde el alma y vivir sólo desde el ego radica en tres cosas: la habilidad de percibir y aprender nuevas maneras, la tenacidad de atravesar senderos turbulentos y la paciencia de aprender el amor profundo con el tiempo.
Sería un error pensar que se necesita ser un héroe endurecido para lograrlo. No es así. Se necesita un corazón que esté dispuesto a morir y nacer y morir y nacer una y otra vez.
Ser nosotros mismos nos causa ser exilados por muchos otros. Sin embargo, cumplir con lo que otros quieren nos causa exilarnos de nosotros mismos.
Independientemente de las afiliaciones o influencias colectivas, nuestro reto a favor del alma salvaje y de nuestro espíritu creativo es no fusionarnos con colectividad alguna, sino distinguirnos de quienes nos rodean, construyendo puentes para regresar a ellos según elijamos.
No podemos controlar quién nos trae al mundo. No podemos influir en la fluidez con que nos educan. No podemos obligar a la cultura a volverse instantáneamente hospitalaria.
Pero las buenas noticias son que, aún después de ser heridos, aún en un estado feral, aún incluso en un estado hasta el momento de captura, podemos recuperar nuestras vidas.
Si permanecemos sólo como sobrevivientes sin avanzar hacia el florecimiento, nos limitamos y cortamos la energía hacia nosotros y nuestro poder en el mundo a menos de la mitad.
Uno puede sentirse tan orgulloso de ser sobreviviente que se convierte en un peligro para cualquier desarrollo creativo posterior. A veces las personas temen avanzar más allá del status de sobreviviente, por ser exactamente eso —un status, una marca de distinción, un logro de "¡Maldita sea! ¡Apuesta lo que quieras! ¡Más vale que lo creas!"
Una vez que la amenaza ha pasado, existe una trampa potencial en usar nombres asumidos durante la época más terrible de nuestras vidas. Crea una postura mental que es potencialmente limitante.
Ser fuerte no significa hacer brotar músculos y flexión. Significa encontrarse con lo numinoso de uno sin huir, viviendo activamente con la naturaleza salvaje de una manera propia. Significa ser capaz de aprender, ser capaz de sostener lo que sabemos.
Significa sostenerse y vivir.
Quienes no encuentran deleite en aprender, quienes no pueden sentirse atraídos por nuevas ideas o experiencias, no podrán desarrollarse más allá del punto en el camino donde descansan ahora. Si hay una sola fuerza que alimente la raíz del dolor, es el rehusarse a aprender más allá del momento presente.
En nuestra vida, aún cuando un episodio resulte en una caída fuerte o una quemadura seria, siempre hay otro episodio esperándonos, y luego otro. Siempre hay más oportunidades de hacerlo bien, de labrar nuestra vida del modo en que merecemos tenerla. No pierdas tu tiempo odiando un fracaso. El fracaso es mejor maestro que el éxito.
Escucha, aprende, sigue adelante.
La mejor tierra para sembrar y hacer crecer algo nuevo otra vez está en el fondo. En ese sentido, tocar fondo, aunque extremadamente doloroso, es también el terreno de siembra.
Se nos ha enseñado que a la muerte siempre le sigue más muerte. Simplemente no es así. La muerte siempre está en proceso de incubar nueva vida, aún cuando nuestra existencia haya sido cortada hasta los huesos.
Para la mayoría de las mujeres, dejar morir no va en contra de su naturaleza, tan sólo en contra de su entrenamiento.
Como en el sueño, la naturaleza de Vida/Muerte/Vida en su forma más salvaje es tan simple como una graciosa exhalación (final) e inhalación (principio). La única confianza requerida es saber que cuando hay un final habrá otro comienzo.
Si vivimos como respiramos, tomando y soltando, no podremos equivocarnos.
Para poder ver la dirección correcta, debemos ser capaces de ver las equivocadas.
Adicción es cualquier cosa que reduce la vida mientras la hace "parecer" mejor.
Por lo general cada miedo tiene tres partes: una parte es un residuo del pasado (siendo esto a menudo una fuente de vergüenza), otra parte es una carencia de certidumbre en el presente, y otra parte es miedo a un resultado deficiente o a consecuencias negativas en el futuro.
Hay muy pocas cosas correctas/incorrectas o buenas/malas en este mundo. Existe, sin embargo, lo útil y lo no útil. También hay cosas que a veces son destructivas, así como cosas productivas.
Es peor quedarse donde uno no pertenece en absoluto, que vagar perdido por un tiempo y buscar el parentesco psíquico y espiritual que uno requiere. Nunca es un error buscar lo que uno requiere.
Nunca.
Cuando estás conectado con el yo instintivo, siempre tienes por lo menos cuatro opciones: las dos opuestas, la opción de en medio, y "contemplándolo mejor..."
¿Con qué alimenta uno a la intuición para que esté consistentemente nutrida y que responda a nuestras peticiones de escudriñar el ambiente? Uno la alimenta de vida —uno la alimenta de vida mediante escucharla.
Aunque el exilio no es algo que se desee por diversión, hay una ganancia inesperada en él: son muchos los regalos del exilio. Saca la debilidad a golpes, hace desaparecer los plañidos, habilita la percepción interna aguda, acrecienta la intuición, otorga el poder de la observación penetrante y una perspectiva que "el de adentro" nunca podría lograr.
El trabajo profundo se parece mucho a la excitación sexual. Comienza de cero, se acelera en altiplanos, se vuelve sostenido e intenso. Si los altiplanos son interrumpidos de golpe (imagina un ruido fuerte e inesperado), deberás comenzar todo de nuevo.
Uno de los asuntos menos discutidos de la individuación es que conforme arrojas luz en la oscuridad de tu psique tan intensamente como puedas, las sombras, donde no hay luz, se vuelven aún más oscuras. Así, al iluminar una parte de la psique, resulta una oscuridad más profunda con la cual luchar. Esta oscuridad no debe ignorarse.
La clave, las preguntas, no pueden esconderse ni olvidarse. Deben ser postuladas. Deben ser respondidas.
¿Puede un aspecto negativo de la psique ser reducido a cenizas con ser observado y observado? Sí, en efecto. Mantener el asunto en constante conciencia puede causar que se deshidrate.
...tomar un poquito de aquí y ponerlo allá. La transformación no es más complicada que eso.
Estar ligado a nuestra intuición promueve una dependencia confiable en ella, sin importar lo que suceda. Cambia la actitud guía de la mujer, de "lo que será, será" a "déjame ver todo lo que hay que ver".
La naturaleza instintiva tiene la milagrosa habilidad de sobrevivir a todo beneficio positivo, a toda consecuencia negativa, manteniendo con todo una relación con el yo y con otro.
Para amar el placer se requiere de muy poco. Para amar verdaderamente se requiere de un héroe que pueda manejar su propio miedo.
Con miedo o no, es un acto del más profundo amor permitirse a uno mismo ser movido por el alma salvaje de otro. En un mundo donde los humanos tienen tanto miedo a "perder", hay demasiados muros que nos protegen de disolvernos en lo numinoso de otra alma humana.
Muchas veces he escuchado a un hombre decir que tiene una "buena mujer" enamorada de él y él de ella, pero que simplemente no puede "soltarse" lo suficiente para ver lo que realmente siente por ella.
El punto crítico para tal persona es cuando se permite a sí mismo amar "aún cuando"... Aún cuando tenga punzadas, aún cuando se sienta nervioso, aún cuando haya sido herido antes, aún cuando sienta miedo a lo desconocido.
A veces no hay palabras para alentar la valentía. A veces debes simplemente saltar.
En algún punto de la vida de un hombre debe haber un momento en el que confíe que el amor lo conduzca, un momento en el que sienta más miedo a quedar atrapado en algún lecho seco de río en la psique, que estar afuera en un territorio exuberante pero inexplorado. Cuando una vida es demasiado controlada, cada vez habrá menos vida que controlar.
Si es amor lo que estamos haciendo, aún cuando nos sentimos aprehensivos o asustados estamos dispuestos a tocar lo no hermoso [y también lo todavía no hermoso] en el otro y en nosotros mismos.
¿Qué es lo no hermoso?
Nuestra hambre secreta de ser amados es lo no hermoso. Nuestro desuso y mal uso del amor es lo no hermoso. Nuestra falta de lealtad y devoción es poco amorosa, nuestro estado de separación del alma es feo, nuestras verrugas psicológicas, nuestras insuficiencias, malos entendidos y fantasías infantiles son lo no hermoso.
Por añadidura, la naturaleza de Vida/Muerte/Vida que da a luz, destruye, incuba y vuelve a dar a luz, es considerada no hermosa por nuestras culturas.
De alguna manera y en algún lugar dentro de las delicadas capas del ser que es creado cuando dos personas se aman, hay tanto un corazón como un aliento. Mientras un lado del corazón se vacía, el otro se llena. Cuando un aliento termina, otro comienza.
El amor en su forma más plena es una serie de muertes y renacimientos. Soltamos una fase, un aspecto del amor, y entramos en otra fase. La pasión muere y es traída de regreso. El dolor es ahuyentado y resurge en otro momento. Amar significa abrazar y al mismo tiempo soportar muchos, muchos finales y muchos, muchos comienzos — todo en la misma relación.
Cuando un hombre entrega todo su corazón, se convierte en una fuerza sorprendente —se convierte en inspiratriz, un papel que en el pasado estaba reservado sólo para las mujeres.
Cuando la Mujer Esqueleto (la naturaleza de Vida/Muerte/Vida) duerme con él, el hombre se vuelve fértil, dotado de poderes femeninos en una atmósfera masculina. Lleva consigo la semilla de vida nueva y de las muertes necesarias. Inspira nuevos trabajos en sí mismo, pero también en quienes le rodean.

Si pudiéramos darnos cuenta de que el trabajo es seguir haciendo el trabajo, seríamos mucho más feroces y estaríamos mucho más en paz.
por Clarissa Pinkola Estés
 

4.8.10

Balada de la Primera Novia - Dolina

Balada de la Primera Novia
de "Crónicas del Angel Gris", por Alejandro Dolina. Ilustración de Carlos Nine.


    El poeta Jorge Allen tuvo su primera novia a la edad de doce años. Guarden las personas mayores sus sonrisas condescendientes. Porque en la vida de un hombre hay pocas cosas mas serias que su amor inaugural.
    Por cierto, los mercaderes, los Refutadores de Leyendas y los aplicadores de inyecciones parecen opinar en forma diferente y resaltan en sus discursos la importancia del automóvil, la higiene, las tarjetas de crédito y las comunicaciones instantáneas. El pensamiento de estas gentes no debe preocuparnos. Después de todo han venido al mundo con propósitos tan diferentes de los nuestros, que casi es imposible que nos molesten. 

    Ocupémonos de la novia de Allen. Su nombre se ha perdido para nosotros, no lejos de Patricia o Pamela. Fue tal vez morocha y linda.
    El poeta niño la quiso con gravedad y temor. No tenía entonces el cínico aplomo que da el demasiado trato con las mujeres. Tampoco tenía -ni tuvo nunca- la audacia guaranga de los papanatas.
     Las manifestaciones visibles de aquel romance fueron modestas. Allen creía recordar una mano tierna sobre su mentón, una blanca vecindad frente a un libro de lectura y una frase, tan solo una: 
"Me gustás vos." En algun recreo perdió su amor y más tarde su rastro.
     Despues de una triste fiestita de fin de curso, ya no volvió a verla ni a tener noticias de ella.
    Sin embargo siguió queriéndola a lo largo de sus años. Jorge Allen se hizo hombre y vivió formidables gestas amorosas. Pero jamás dejó de llorar por la morocha ausente.
     La noche en que cumplía treinta y tres años, el poeta supo que había llegado el momento de ir a buscarla.
    Aquí conviene decir que la aventura de la Primera Novia es un mito que aparece en muchísimos relatos del barrio de Flores. Los racionalistas y los psicólogos tejen previsibles metáforas y alegorías resobadas. De ellas surge un estado de incredulidad que no es el más recomendable para emocionarse por un amor perdido.
     A falta de mejor ocurrencia, Allen merodeó la antigua casa de la muchacha, en un barrio donde nadie la recordaba. Después consultó la guía telefónica y los padrones electorales. Miró fijamente a las mujeres de su edad y también a las niñas de doce años. Pero no sucedió nada.
     Entonces pidió socorro a sus amigos, los Hombres Sensibles de Flores. Por suerte, estos espíritus tan proclives al macaneo metafísico tenían una noción sonante y contante de la ayuda.
    Jamás alcanzaron a comprender a quienes sostienen que escuchar las ajenas lamentaciones es ya un servicio abnegado. Nada de apoyos morales ni palabras de aliento. Llegado el caso, los muchachos del Angel Gris actuaban directamente sobre la circunstancia adversa: convencían a mujeres tercas, amenazaban a los tramposos, revocaban injusticias, luchaban contra el mal, detenían el tiempo, abolían la muerte.
    Así, ahorrándose inútiles consejos, con el mayor entusiasmo buscaron junto al poeta a la Primera Novia.
     El caso no era fácil. Allen no poseía ningun dato prometedor. Y para colmo anunció un hecho inquietante:
    
- Ella fue mi primera novia, pero no estoy seguro de haber sido su primer novio.
    - Esto complica las cosas  
-dijo Manuel Mandeb, el polígrafo-. Las mujeres recuerdan al primer novio, pero difícilmente al tercero o al quinto.
     El músico Ives Castagnino declaró que para una mujer de verdad, todos los novios son el primero, especialmente cuando tienen carácter fuerte. Resueltas las objeciones leguleyas, los amigos resolvieron visitar a Celia, la vieja bruja de la calle Gavilán. En realidad, Allen debió ser llevado a la rastra, pues era hombre temeroso de los hechizos.
    
- Usted tiene una gran pena  -gritó la adivina apenas lo vió.
    
- Ya lo sé señora... dígame algo que yo no sepa...
    - Tendrá grandes dificultades en el futuro...
    - También lo sé...
    - Le espera una gran desgracia...
    - Como a todos, señora...
    - Tal vez viaje...
    - O tal vez no...
    - Una mujer lo espera...
    - Ahi me va gustando... ¿Dónde está esa mujer?
    - Lejos, muy lejos... En el patio de un colegio. Un patio de baldosas grises.
    - Siga... con eso no me alcanza.
    - Veo un hombre que canta lo que otros le mandan cantar. Ese hombre sabe algo... Veo también una casa humilde con pilares rosados.
    - ¿Qué más?
    - Nada más... Cuanto más yo le diga, menos podrá usted encontrarla. Váyase. Pero antes pague.

     Los meses que siguieron fueron infructuosos. Algunas mujeres de la barriada se enteraron de la búsqueda y fingieron ser la Primera Novia para seducir al poeta. En ocasiones Mandeb, Castagnino y el ruso Salzman simularon ser Allen para abusar de las novias falsas.
     Los viejos compañeros del colegio no tardaron en presentarse a reclamar evocaciones. Uno de ellos hizo una revelación brutal.
    
- La chica se llamaba Gomez. Fue mi Primera Novia
    - ¡Mentira!  
-gritó Allen.
    
- ¿Por qué no? Pudo haber sido la Primera Novia de muchos.
    Entre todos lo echaron a patadas.
    Una tarde se presentó una rubia estupenda de ojos enormes y esforzados breteles. Resultó ser el segundo amor del poeta. Algunas semanas después apareció la sexta novia y luego la cuarta. Se supo entonces que Jorge Allen solía ocultar su pasado amoroso a todas las mujeres, de modo que cada una de ellas creía iniciar la serie.
    A fines de ese año, Manuel Mandeb concibió con astucia la idea de organizar una fiesta de ex-alumnos de la escuela del poeta.
    Hablaron con las autoridades, cursaron invitaciones, publicaron gacetillas en las revistas y en los diarios, pegaron carteles y compraron masas y canapés.
    La reunión no estuvo mal. Hubo discursos, lágrimas, brindis y algún reencuentro emocionante. Pero la chica de apellido Gómez no concurrió.
    Sin embargo, los Hombres Sensibles -que estaban allí en calidad de colados- no perdieron el tiempo y trataron de obtener datos entre los presentes.
    El poeta conversó con Ines, compañera de banco de la morocha ausente.
    
- Gómez, claro  -dijo la chica-. Estaba loca por Ferrari.
    Allen no pudo soportarlo.
    
- Estaba loca por mí.
    - No, no... Bueno, eran cosas de chicos.

    Cosas de chicos. Nada menos. Amores sin cálculo, rencores sin piedad, traiciones sin remordimiento.
    El petiso Cáceres declaró haberla visto una vez en Paso del Rey. Y alguien se la había cruzado en el tren que iba a Moreno.
    Nada más.
    Los muchachos del Angel Gris fueron olvidando el asunto. Pero Allen no se resignaba. Inútilmente buscó en sus cajones algún papel subrepticio, alguna anotación reveladora. Encontró la foto oficial de sexto grado. Se descubrió a sí mismo con una sonrisa de zonzo. La morochita estaba lejos, en los arrabales de la imagen, ajena a cualquier drama.
    
- ¡Ay, si supieras que te he llorado....! Si supieras que me gustaría mostrarte mi hombría... Si supieras todo lo que aprendí desde aquel tiempo...
    Una noche de verano, el poeta se aburría con Manuel Mandeb en una churrasquería de Caseros. Un payador mediocre complacía los pedidos de la gente.
    
- Al de la mesa del fondo le canto sinceramente...
    De pronto Allen tuvo una inspiración.
    
- Ese hombre canta lo que otros le mandan cantar.
    - Es el destino de los payadores de churrasquería.
    - Celia, la adivina, dijo que un hombre así conocia a mi novia...

     Mandeb copó la banca.
    
- Acérquese, amigo.
    El payador se sento en la mesa y aceptó una cerveza. Después de algunos vagos comentarios artísticos, el polígrafo fue al asunto.
    
- Se me hace que usted conoce a una amiga nuestra. Se apellida Gómez, y creo que vivía por Paso del Rey.
    - Yo soy Gómez  
-dijo el cantor-. Y por esos barrios tengo una prima.
    Despues pulsó la guitarra, se levantó y abandonando la mesa se largó con una décima.
    
- Aca este amable señor
    conoce una prima mía
    que según creo vivía
    en la calle Tronador.
    Vaya mi canto mejor
    con toda mi alma de artista
    tal vez mi verso resista
    pa' saludar a esta gente
    y a mi prima, la del puente
    sobre el Río Reconquista.

    Durante los siguientes días los Hombres Sensibles de Flores recorrieron Paso del Rey en las vecindades del río Reconquista, buscando la calle Tronador y una casa humilde con pilares rosados. Una tarde fueron atacados por unos lugareños levantiscos y dos noches después cayeron presos por sospechosos. Para facilitarse la investigación decían vender sábanas. Salzman y Mandeb levantaron docenas de pedidos.
    Finalmente, la tarde que Jorge Allen cumplía treinta y cuatro años, el poeta y Mandeb descubrieron la casa.
    
- Es aquí. Aquí están los pilares rosados.
    Mandeb era un hombre demasiado agudo como para tener esperanzas.
    
- No me parece. Vámonos.
    Pero Allen tocó el timbre. Su amigo permaneció cerca del cordón de la vereda.
    
- Aquí no es, rajemos.
    Nuevo timbrazo. Al rato salió una mujer gorda, morochita, vencida, avejentada. Un gesto forastero le habitaba el entrecejo. La boca se le estaba haciendo cruel. Los años son pesados para algunas personas.
     
- Buenas tades  -dijo la voz que alguna vez había alegrado un patio de baldosas grises.
     Pero no era suficiente. Ya la mujer estaba más cerca del desengaño que de la promesa.
    Y allí, a su frente, Jorge Allen, más niño que nunca, mirando por encima del hombro de la Primera Novia, esperaba un milagro que no se producía.
    
- Busco a una compañera de colegio  -dijo-. Soy Allen, sexto grado B, turno mañana. La chica se llamaba Gómez.
    La mujer abrió los ojos y una niña de doce años sonrió dentro suyo. Se adelantó un paso y comenzó una risa amistosa con interjecciones evocativas. Rápido como el refucilo, en uno de los procedimientos más felices de su vida, Mandeb se adelantó.
     
- Nos han dicho que vive por aquí... Yo soy Manuel Mandeb, mucho gusto.
    Y apretó la mano de la mujer con toda la fuerza de su alma, mientras le clavaba una mirada de súplica, de inteligencia o quizás de amenaza.
    Tal vez inspirada por los ángeles que siempre cuidan a los chicos, ella comprendió.
    
- Encantada  -murmuró-. Pero lamento no conocer a esa persona. Le habrán informado mal.
    - Por un momento pensé que era usted  
-respiró Allen-. Le ruego que nos disculpe.
    - Vamos  
-sonrió Mandeb-. La señora bien pudo haber sido tu alumna, viejo sinvergüenza...
     Los dos amigos se fueron en silencio.
     Esa noche Mandeb volvió solo a la casa de los pilares rosados. Ya frente a la mujer morocha le dijo:
    
- Quiero agradecerle lo que ha hecho....
    - Lo siento mucho... No he tenido suerte, estoy avergonzada, míreme....
    - No se aflija. El la seguira buscando eternamente.

     Y ella contestó, tal vez llorando:
     
- Yo también.
     - Algun día todos nos encontraremos. Buenas noches, señora.

     Las aventuras verdaderamente grandes son aquellas que mejoran el alma de quien las vive. En ese único sentido es indispensable buscar a la Primera Novia. El hombre sabio debera cuidar -eso sí- el detenerse a tiempo, antes de encontrarla.
    El camino está lleno de hondas y entrañables tristezas. Jorge Allen siguió recorriéndolo hasta que él mismo se perdió en los barrios hostiles junto con todos los Hombres Sensibles.

Al final del laberinto

Cómo se siente soñar con alguien que murió hace tiempo? Bueno, pareciera como si tu mente se abriera a todos los recuerdos de aquella persona para reconstruir una especie de holograma, como si por un momento sólo un momento tuviésemos la oportunidad de que nuestros mundos o vaya saber uno, se crucen para encontrarnos y volver a sentirlos cerca.



Anoche, después de años, soñé con él, con el Rubio que Baila.
Estaba dentro de un gran salón que a su vez dentro de él había pasillos largos con paredes de enredaderas como si fuese un laberinto. Donde finalizaba esta especie de laberinto se encontraba un escenario vacío, donde estaban paradas todas las personas; se iba a celebrar algo como Navidad, todos estábamos elegantes. Veo que entre las personas estaban los padres de él, tal como los recordaba, y en un momento cuando dirijo mi mirada hacia el laberinto, del otro extremo del salón veo entrar a alguien que llega tarde, como si no se lo estaba esperando, simplemente aparece, a medida que va avanzando se va poniendo el saco del smoking (pantalón negro, camisa blanca sin corbata), y su cara se ve borrosa, hasta que llega a donde están sus padres y lo veo, era él.
Me ve, y no hay duda de que es él: su piel blanca, su pelo enmarañado, sus ojos azules, azules profundo mirándome fijo, su sonrisa hermosa. Cuando se me está acercando, me empiezo a alterar, no lo puedo creer, es una broma, no puede ser posible,  salgo corriendo hacia el laberinto, él me sigue, me grita, es su voz, su voz tal cual la recuerdo, me detengo y se acerca, pero por algún motivo no me toca y sin embargo lo siento cerca, no recuerdo las palabras exactas, me dice que todo va a estar bien que él ahora se tiene que ir, que no me preocupe, y yo no entendía no entendía por qué se apareció así nomás un rato para después volver a irse y nunca más aparecer. Me dijo que no llorara, “no llores negrita”. Y se fue.
A la mañana siguiente no desperté tiste ni angustiada, sentí como si él se hubiese aparecido en mi sueño para vernos una vez más. 


Y a veces no importa cuánto tiempo pase me sigo preguntando, y probablemente hay cosas en la vida que están destinadas a suceder, sea lo que sea ya pasó, estaba destinada a conocer a El Rubio que Baila, enamorarnos mientras él ya estaba destinado a morir en un accidente de tránsito. Más allá de todo, las cosas a veces inconclusas son las inolvidables, porque tienen ese toque de "lo que nunca ha sido" que las hace mantener intactas, puras e inalterables con el paso del tiempo.