26.6.10

De tiempos, peluches y el pequeño pony...

No puedo dormir. Tarde de sábado triste. Discusión y "tiempo" son dos cócteles que no se mezclan. Pero hoy los mezclamos con Oliverio, y la lluvia se hizo más intensa; y a cada paso que me alejaba sentía que eran millones y millones de kilómetros de distancia.


Me puse a pensar en la desilusión. Entonces llegué a casa, y me acordé de una vez cuando era todavía muy pequeña, tendría tal vez seis años.
Anhelaba de corazón que mi papá me regalara un "pequeño pony", de esos con la cabellera rosa o amarilla, con olor a chicle. Le había visto uno a mi mejor amiga y no había nada que anhelara más en el mundo que un hermoso pequeño pony para mi regalo por el día de Reyes. Y cuando llegó aquel día, mi corazón lo sentía, estaba alegre iba a recibir lo que tanto había esperado. Ví a mi papá llegar con una caja enorme, en mi mente pensé que los muñequitos estos no vienen en cajas tan enormes aunque no le dí mucha importancia. Rompí el envoltorio desesperada y para decepción y sorpresa mía, no era un Pequeño Pony, era un enorme perro blanco de peluche. No podía creerlo!!, miraba al perro con sus ojos negros de plástico y sus orejas largas y me daban ganas de llorar. Un perro blanco enorme, absurdo, monstruoso para sentarlo al lado de mis muñecas barbies. Un perro con el que no podía dormir ni jugar, y mucho menos peinar.
Sólo hoy puedo entender que mi papá, bastante mayor ya en aquella época jamás supo ni intentó adivinar qué mierda era un Pequeño Pony, él sólo agarró lo más grande que encontró a su paso en la juguetería más cercana.

Un recuerdo tan inocente como éste fue el inicio de toda una serie de abismos comunicacionales con hombres. Por qué siempre que pedí  un "Pequeños Pony" recibí a cambio  un enorme perro de peluche?, por qué cuesta tanto el entendimiento y la comprensión? por qué tuve que contentarme con el perro blanco de peluche si no era lo que quería y deseaba?.... aquella vez entendí, que muchas veces por más que uno desee algo puede no ser suficiente.

Y hoy entiendo, que, aunque no lo sea nunca hay que dejar de desearlo. Le tomé cariño al perro, lo nombré "Pupi", participó en las bodas de mis barbies y en todos los eventos que fuesen obviamente al aire libre ya que debido a su tamaño no entraba en la casita de muñecas.
Años después, cuando mi papá murió encontré a Pupi tirado en un rincón de mi cuarto, tenía una de sus orejas descosidas y el color estaba amarillento. Le pedí a mi mamá que lo meta en el lavarropas, una vez limpio lo puse en un lugar privilegiado en mi cama. Cuando crecí un poco más descubrí que no era tan grande como parecía y que ahora sí podía dormir con él.

En las relaciones también ponemos una cantidad de promesas, expectativas, como si de alguna manera siempre lo que está por venir es lo que nos va a salvar. Esa presión y ese peso cae con más fuerza cuando los resultados no son los esperados.
Hoy estaba más que lejos de Oliverio, y no era la lluvia, no eran los perros blancos de ojos plasticosos, éramos nosotros hablando en lenguas desconocidas, él en un idioma y yo en otro. Y sentí aquella sensación, esa sensación de querer un pequeño pony y tener un perro de peluche.Aunque yo no necesitara más que un perro de peluche para ser feliz.
Ahí estábamos cada cual muerto de amor en su propia isla. Hablamos de tiempos. Tiempo de qué? no tengo idea, de reconciliación, de iluminación, de lo que sea. Me gustaría entender, meterme en su cabeza y saber qué es lo que siente, o mejor dicho, me gustaría entenderme.
Y esa es la receta por la cual una termina sola viendo una película mala, comiendo chocolates, un sábado a la noche. Cuando termine la película probablemente buscaré en google nombre de gente conocida para ver qué encuentro, o perderé tiempo viendo fotos de gente que no me interesa en lo más mínimo; hasta que me agarre sueño y dormir sola sea simplemente una cuestión de elección.

Después de todo, nunca tuve un Pequeño Pony, digo no tuve una vida convencional, no pido que él entienda todo pero probablemente nunca entienda ésto: Soy de las que se criaron jugando con un perro blanco de peluche.

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